Comúnmente, y cuando se trata de nutrientes, los focos suelen dirigirse a los macronutrientes elementales y  archiconocidos como son las proteínas, los hidratos de carbono o las grasas. Pero nuestro cuerpo necesita a otros nutrientes en proporciones mucho más pequeñas. Son los conocidos como micronutrientes y en ellos destacan los minerales como el calcio, el hierro o el selenio y las vitaminas. En uno de nuestros artículos ya hablamos de la vitamina D. Y hoy queremos sumergirnos en otra vitamina clave: la vitamina C.

¿Para qué sirve la vitamina C?

No existe duda alguna de que la vitamina C es la más popular de las vitaminas. Y lo es principalmente por su poder antioxidante. En concreto, la vitamina C actúa con potencia contra los radicales libres, los residuos de la acción celular que oxidan las propias células y aceleran el envejecimiento. De ahí que el consumo de esta vitamina sea tan recomendado por los nutricionistas y los especialistas en belleza. Es uno de los beneficios de la vitamina C: mantenernos más jóvenes. ¿Pero cuáles son los otros?

Entre otras cosas, la vitamina C interviene en el crecimiento y en la reparación de los tejidos. Y no solo de la piel, como solemos pensar debido a la industria cosmética, sino de todo el organismo. Además y esto es muy importante, la vitamina C también resulta indispensable para la formación de una proteína imprescindible a la hora de producir tejidos como la piel, los tendones, los ligamentos o los vasos sanguíneos. Ahora ya sabes para qué sirve la vitamina C. O, al menos, en su mayor medida. Porque hay más.

Propiedades de la vitamina C

Las propiedades de la vitamina C son impresionantes. Además de todo lo indicado anteriormente, se trata de una molécula fundamental para la formación de tejido cicatricial, para la sanación de heridas, para curar y mantener tejidos como los huesos y los dientes o para favorecer la absorción del hierro, un mineral con un rol trascendental en la salud de nuestro organismo. Como ves, es mucho lo que la vitamina C pueden hacer y su deficiencia puede traer graves consecuencias a nuestras vidas.

 

Beneficios de la vitamina C para la piel

Existen dos motivos principales por los cuales se utilizan tan ampliamente la vitamina C para la piel en los cosméticos actuales. Por un lado, por ese poder antioxidante del que presume, pues, como ya apuntábamos, consigue neutralizar a los radicales libres y prevenir el envejecimiento prematuro. Por otro lado, porque es una molécula básica en la formación de colágeno, una proteína esencial para el estado óptimo de la piel y de otros tejidos del cuerpo. Por eso es tan importante consumir las dosis diarias recomendadas.

 

Beneficios de la vitamina C para la cara

¿Pero qué ocurre con los cosméticos? ¿Sirve la vitamina C para la cara? La piel del rostro es especial, pero en este caso no: el consumo de las cantidades recomendadas de vitamina C diarias ayudarán a que este en el mejor estado posible. No obstante, la pregunta gira en torno a los cosméticos y la aplicación de la vitamina C directamente sobre la piel en formato crema. Aquí las investigaciones difieren y resulta complicado fijar una eficacia universal de los cosméticos. Lógicamente dependerá de la fórmula exacta.

 

Beneficios de la vitamina C para el cuerpo

En cualquier caso, lo que está claro es que, al margen de cosméticos con vitamina C para el cuerpo, tienes que consumir a través de alimentos las cantidades aconsejadas. Eso es lo más importante. Y para ello tienes a tu disposición las frutas cítricas, los tomates, las fresas o el brócoli. Una dieta variada es la clave.